Mediodía del 7 de febrero. La señora Eleftheria pulsa con insistencia el mando del televisor. No hay manera, la cadena nacional emite en un idioma extraño, sólo entiende algunas palabras sueltas. Llama por la ventana, a ver si su marido, el señor Yiannis puede hacer algo con la antena y viene ya a comer, que se le enfría la moussaka. Él entra rechistando y mientras golpea el televisor, protesta diciendo: "¡Esto es el colmo, ahora los de la troika quieren que dejemos de hablar en griego!".

La escena nunca existió, lo que sí es seguro es que al principio la emisión de "Gracias, Grecia. Nuestra herencia" causó cierto estupor entre la población de la Hélade: un video en español en el que reconocían algunas de las palabras, las comunes, las que sus antepasados regalaron a nuestra lengua. El siguiente efecto, la emoción y las lágrimas y en la red, el agradecimiento plasmado en los comentarios de los más de 255.753 internautas que han visitado ya el video de los chicos y chicas de Arístides Mínguez, convencidos de que, pese a la voluntad de relegar las Humanidades no hay nada que hacer: su léxico ha colonizado nuestro lenguaje.

Desde la Embajada de Grecia en España, Julia Livaditi, ha expresado su agradecimiento a los promotores de la iniciativa (IES Ingeniero Juan de la Cierva y Asociación Murciana de Profesores de Latín y Griego, AMUPROLAG), además de avanzar que el vídeo se proyectará en la Semana de cultura griega que se celebrará en Ávila los próximos días 18 al 24 de febrero.

Grecia lleva padeciendo las inacabables exigencias de Europa y en estos años el sentimiento de abandono, de incomprensión se ha extendido entre la población que se siente apartada del proyecto europeo. Algunos, aprovechan para repartir comida y ganarse los estómagos vacíos con consignas xenófobas que calan en una parte de una asfixiada población que ve en el ultranacionalismo el fin de sus males. Este espíritu de regresar a lo peor de la polis, a la marginación de los diferentes mediante esa práctica a la que también pusieron nombre, ostracismo, se vio sacudido por el video de unos estudiantes de instituto españoles que han querido solidarizarse con Grecia recordándonos la presencia de lo griego en nuestra vida cotidiana como ya lo hiciera Luis Eduardo Aute con su Atenas en llamas.

De allí salió hace tiempo un poeta, Juan Vicente Piqueras, al que hace unos meses la Fundación Loewe reconocía con su galardón anual por un poemario titulado precisamente con el nombre de la capital helena. Este valenciano de interior contemplaba en la despedida de la ciudad este poema al Museo de la Acrópolis a la metafísica del vacío de sus piezas

Una mano de mármol,/ pero sólo los dedos, /sobre un hombre de mármol /sin cabeza/ un brazo erosionado que nadie tiende a nadie/ un caballo sin patas, /un jinete que es sólo sus muslos, / Dionisos a pedazos,/ recompuesto. / Un toro que está siendo devorado por un león que no está/ sólo sus garras/ admiramos lo desaparecido/ tal vez nuestra cultura nace de estas ausencias, de lo vacío, de lo que no hay. / También nosotros somos lo que queda de nosotros, lo que nos falta, el cuerpo que nos cuida.

Un libro que no leerán más que unos pocos cientos de chalados de la poesía para reivindicar ese lugar del alma que para el escritor valenciano es Atenas: "Grecia no es sólo un lugar, es un sitio que está en el alma de todos, donde nace el humanismo, el sentido crítico, la democracia, valores que no podemos perder y si está Atenas en peligro, estamos todos en peligro y hay un toque de atención, porque si está Atenas en peligro lo estamos todos, porque estamos perdiendo los principios básicos del humanismo que guían como seres humanos nuestra convivencia". Una deuda que Europa quizá no alcance a pagar.

Autora: Alicia González

Enlaces de interés:

Grecia somos todos

Society for the Preservation of the Greek Heritage

Some history of the Greek Debt Crisis